Te extraño

A quien corresponda:

Te extraño.

Aún me hace falta verte, hablarte, abrazarte y besarte. Me hacen falta nuestros momentos juntos, que me tomes de la mano y caminar sin rumbo en esta ciudad, por el mundo. 

Me hace falta mirarte a los ojos y que te acholes, que bajes la mirada y te rías diciéndome todo lo que necesito saber en esos pocos segundos. 

Necesito esas conversaciones que teníamos hasta la madrugada diciéndonos todo, hablando de nuestros días, contándonos esas historias que no tienen importancia pero que querías conocer para reírte conmigo.

Extraño tomarnos un café, beber una cerveza, escuchar tus te amo, amanecer abrazados. 

Me hace falta tu voz, pasar mi mano por tu cabello, que me esperes fuera del trabajo, que me lleves a tu cama, hacer el amor y que me despidas con un beso que parecía el último de nuestras vidas. 

Te extraño. 

Desolación

Vos y yo, luchando por tomarnos de la mano a diario. Mira que intento pensarte sentado junto a mí, respirando, sonriendo, mirándome. Y aún así no me basta.

Suspiro muy hondo, casi con desepetacion y nadie me escucha, todos a mi alrededor fingen no hacerlo. Yo también lo hago. 

Y te veo irte cada noche, en cada sueño, con cada sonrisa me provoca alguien más. 

Finjo que no pasa nada, que aún te siento, que aún somos felices y podemos seguir así por años. Pero te engaño, mis ojos te engañan, yo te engaño. 

La cama se convierte en un abismo entre nosotros, uno en que tus brazos funcionan como cuerdas para no dejarme ir, uno en que quisiera caer de espaldas y que dejes de tomarme la mano para ser libre, pero te abrazo más fuerte. No me quiero ir del todo a empezar de cero, no quiero desordenarnos más de lo que ya estamos. Ojalá pudiera ordenar todo como si de un desorden de habitación se tratara.

Quizás la devoción, los juramentos y los papeles firmados no son suficientes. Sostenme. 

Weird romances

No sé en que momento empecé a ver tantas películas en las que la trama principal giraba alrededor de una pareja, un romance, a veces con final feliz, otras, simplemente con la satisfacción de haberlos visto, aunque creando una intranquilidad porque no pudieron ser, por hacer volar a la imaginación creando posibles escenarios en los que sí pudo existir el final feliz, y a veces, un extraño agrado de no tener una pareja feliz al final.

En un principio esto iba sobre romances memorables, pero me di cuenta que son mejores aquellos más ratos, esos que dejan un sabor amargo (en su mayoría). Así que armé esta lista con la posibilidad de ir actualizándola en diferentes entregas cuando me dé más tiempo.


Michael y Hanna - The Reader
Imagen tomada de static.rogerebert.com










Todo está mal desde un inicio en The Reader, y con todo me refiero a la relación de Hanna y Michael. Él apenas está en su adolescencia, ella pasando sus 30. Sin embargo es un amor que perdura para toda la vida, en especial está lleno de compasión.


Clementine y Joel - Eternal Sunshine of the Spotless Mind
Imagen tomada de images.fanpop.com













Kate, de Nuevo tú. Joel conoce a Clementine en un tren. Clementine y sus constantes cambios en el color de su cabello. El enamoramiento, la pareja, la ruptura. Y, ¿qué haces cuando terminas una relación? Buscas a alguien que te borre los recuerdos de esa persona para que durante el proceso te des cuenta que no quieres que te los borren porque la amas y quieres regresar a tener con ella lo de antes.


Mathilda y León - León, the Professional
Imagen tomada de assets.cairo360.com













¡Oh, Mathilda! Jamás podremos olvidarnos de ti y León. Por alguna razón, después de repetir más de 30 veces la película, te das cuenta que entre ellos existe un amor que no está mal, simplemente existe. Y es mejor no adentrarse en esa relación, let it be.


Carl y Ellie - Up
Imagen tomada de drfrankensguitar.com













Si mal no estoy (y no quiero recurrir a YouTube), los primeros siete minutos de Up son los más hermosos y desgarradores en la historia del cine animado. La vida de Carl y Ellie contada en unos minutos, primero su amistad, seguida por su amor, su vida juntos, las tristezas, seguir con la vida hasta que llega el final de la vida. No puedes más con la ternura y la tristeza que te producen. Y es mejor no seguir aquí porque la recuerdo y me dan más ganas de llorar. 


Celine y Jesse - The Before Trilogy
Imagen tomada de mustseecinema.com














Un romance, tres películas. 1995, 2004, y 2013 son los escenarios para mostrarnos este romance. Primer acto: son jóvenes, arriesgándose a todo por una noche, prometiéndose volver a verse. Segundo acto: “ya somos más viejos y sinceros, y que más da”; casi diez años después los sentimientos siguen existiendo, sin embargo, parece imposible que estén juntos. Parece. Tercer acto: la vida de pareja no es color rosa, el amor, la convivencia, las peleas, el amor...

Benjamin y Daisy - The Curious Case of Benjamin Button
Imagen tomada de vignette2.wikia.nocookie.net
















¡Mi película favorita! La trama simplemente me enganchó desde que vi su trailer. Cuando finalmente la vi me di cuenta que era una historia de amor. Benjamin nace, físicamente, como un anciano que rejuvenece mientras envejece. Vivía en un asilo en el que conoce a Daisy cuando apenas son niños, permanecen como amigos, y cuando finalmente tienen la edad para estar juntos hay un par de imprevistos, pero después de todo logran estar juntos, amarse locamente, vivir intensamente hasta que Benjamin tiene miedo de envejecer para se cuidado como un pequeño niño. Me roba suspiros la historia, nostalgia y tristeza. Es la única película que quiero que vea todo aquel que me rodea. 


Carol y Therese - Carol
Imagen tomada de pride.com
















De nuevo Cate, la mejor Cate como Carol. Son los 50, Carol, una mujer que obviamente oculta su homosexualidad, se involucra con una vendedora, Therese. Pasan tiempo juntas, se enamoran, pero es una época en la que una pareja de mujeres es un tabú, está mal visto. Pero es inevitable que no te emociones y que quieras ver que su amor sea posible. Además, entre Cate Blanchett y Rooney Mara tienes unas actuaciones impresionantes.


Electra y Murphy - Love
Imagen de http://aullidosdelacalle.net













Cuando pienso en lo intensa que puede ser una relación pienso en la de este par. Gaspar Noé tiene la costumbre de hacer películas demasiado fuertes, que nos joden, que se te meten en la cabeza y lo de forma divertida. Love es la muestra de dos perdonas que se atraen tanto que hasta duele, pero le duele más a Murphy porque al parecer él era quien amaba más en su relación. Electra lo deja, cambia de pareja, le dedica más tiempo a las drogas y Murphy tiene que lidiar con la vida de adulto, una mujer a la que no ama, una familia que no planeo. A esto súmale que la película tiene escenas de sexo real y fue hecha para ser vista en 3D. Gracias, Gaspar, siempre tan considerado. 


Chow y Su Li - In the Mood for Love
Imagen tomada de wgsn.com














De todo lo que he visto de Wong Kar Wai está es la que más me gusta. Hong Kong, 1962, dos parejas viven en una residencia. Los protagonistas están casados con otras personas y se conocen allí. Sus parejas trabajan en horarios nocturnos y Chow coincide mucho con Su Li. Empiezan a hacerse compañía, a pasar tiempo juntos e inevitablemente sus sentimientos se hacen más fuertes para finalmente descubrir que sus parejas tienen una relación entre sí; ellos son los engañados. Esta no es la historia de amor que te da esperanza, al contrario, es la historia de aquel amor prohibido, del miedo al qué dirán los demás. Es una historia triste de amor, la más hermosa. 


Frank y Molly - Falling in Love
Imagen tomada de http://s3.amazonaws.com











No podía faltar Merryl en esta lista (obvio), acompañada de Robert De Niro. Voy a cerrar con un amor infiel. De esas historias completamente de película pero que realmente existen. Frank y Molly se conocen en un tren, se cruzan miradas, coquetean; pero cada uno está casado. Tratan de ser amigos y empiezan a coincidir siempre en el tren, pero no estaban destinados a ser amigos, ellos se enamoran y tienen que decir si quedarse con sus parejas actuales o dejarlos para empezar juntos una vida. Esta no es una película conocida, pero vale la pena verla. 

Every Breath You Take

Caminaba cerca de mi casa, iba en camino a verme con una amiga y a tomar un café. Era un lunes de verano, mucho sol, viento y las gafas de sol que no pueden faltar. Al acercarme a una intersección lo vi pasar, usaba una sudadera gris y llevaba lentes de marco negro. Me llamó la atención pero seguí con mi camino.

En la cafetería estuve hablando con Sandra, una amiga de la universidad a la que veo cada seis meses, cuando sentimos que tenemos muchas historias por contarnos. Eran casi las seis de la tarde cuando vi de nuevo al chico de sudadera gris entrar. Estaba solo. Pidió un café grande y se sentó a leer un libro. Parecía el Ulises de James Joyce.

Sandra tenía que ir a casa así que se despidió pero yo decidí quedarme un rato más. La verdad solamente quería ver más tiempo a aquel chico que tanto había llamado mi atención. Pedí otro café, descafeinado para poder dormir en la noche.

Sin tomar mucho tiempo empecé a crear escenarios en mi cabeza en los que yo me acercaba a hablar con él, o en los que él se me acercaba, se sentaba en mi mesa y teníamos una conversación de horas descubriendo lo mucho que teníamos en común.

Lo miraba de reojo, no quería ser captada en esa actitud casi de stalker, y a mi mente solo venía la letra de Every Breath You Take de The Police. Si a Sting nadie le dijo nada por obsesionarse con alguien y mirarla en cada respiro, ¿por qué alguien tendría que mirarme mal?

Eran aproximadamente las ocho de la noche, ya no podía seguir más tiempo en la cafetería con el pretexto de leer en mi teléfono, revisar la pantalla vacía sin mensajes. Quise anotar mi número en una servilleta y dejársela al mejor estilo hollywoodesco, pero el miedo y la vergüenza me rebasan.

Y dejé las circunstancias ser. Dejé que los riesgos huyeran. Me permití mirarlo al salir, tenía ojos cafés, unos labios que parecían muy suaves y que me gustaría ver sonreír. 

Ahora camino por aquella intersección en donde lo vi por primera vez, y de vez en cuando voy a la cafetería con la esperanza de verlo, de mirar cada una de sus respiraciones, sus pasos, sus sonrisas fingidas, que mi corazón duela... Sting lo aprobaría.

Estar y no estar

Este mundo de estar y no estar se me ha convertido en algo recurrente.


Me gusta sentir las ausencias, esas tan presentes que aún duelen, tan dolorosas que se vuelven placenteras. Placeres culposos que solamente saben revolverme por dentro y darle la vuelta a mi mundo.


El cariño y el amor se presentan por ahí entre tantas cosas, y me hacen detenerme a mirar con detenimiento. Me gusta mirar al amor desde lejos, me gusta más su concepto que realmente sentirlo. En la teoría todo suena mejor, en la práctica todo es difícil, no hay pasos, no hay instrucciones, y el aprendizaje es muy complicado. 


Prefiero mirar a los personajes de esta película mental que creo a diario, indagar más en ellos, toparlos, mirarlos desde arriba, crear empatía, sentirlos.


Mientras ellos están, yo prefiero estar ausente. 

Ya no...

Ya no siento tanto frío cuando tú no estás. Ahora solo lleno el espacio vacío con un par de almohadas. Ya no siento nostalgia cuando te pienso. A veces solo quiero que regreses de manera permanente, que vuelvas con un nuevo disco bajo el brazo y me pidas que lo escuchemos mientras hacemos el amor, que pongas a sonar de nuevo el disco mientra preparamos algo de comer y me lanzas una mirada cómplice que me pide recordar la primera vez que lo escuchamos.

Ya no me duele tu ausencia, existe desde que estabas junto a mí intentando terminar aquel proyecto tan importante de tu trabajo. Solo me duele no verte durmiendo a las dos de la mañana, sentir que en la noche nada me pasaría. Ya no me inquieta saber en dónde estás a toda hora del día, seguir tus pasos.

Ya no dueles aquí, entre el pecho y el vientre. Ya no me dejas sin aliento. Y lo peor, ya no me aceleras el corazón.

Ways to say goodbye

De él no me quedó ningún recuerdo, incluso aquel libro que me regaló lo presté antes de que él saliera de mi vida, ya ni sé a quién se lo di, pero espero que lo disfrute más que yo. 
Sabes, he borrado todo registro que nos vinculaba, incluso aquellos amigos en común que teníamos. No te niego que a veces lo extraño, pero muchas veces temo caminar por la calle y encontrármelo.