Efectos secundarios

Imagen tomada de www.lachicaalmodovar.com

Me gustan las películas en que el espectador va resolviendo el rompecabezas junto con el protagonista, y eso fue lo que me sucedió con 'Side Effects', la última película de Steven Soderbergh protagonizada por Jude Law, Rooney Mara, Catherine Zeta-Jones y Channing Tatum.

Rooney Mara luce tan frágil y femenina en esta película que no puedes creer que haya protagonizado a Lisbeth Salander en 'The Girl with the Dragon Tattoo', pero volviendo a su personaje en 'Side Effects' como Emily, tienes a una mujer que desde un inicio no luce feliz. Tatum interpreta a Martin Taylor, esposo de Emily (Mara), quien está por salir de la cárcel después de cumplir su condena de tres años después de haber intercambiado información privada. Emily empieza a sentirse deprimida y trata de quitarse la vida; tras ir al hospital conoce al doctor Jonathan Banks (Law) quien es el psiquiatra de turno en el hospital y es quien va a ir tratándola para erradicar su depresión. Como cualquier otro doctor receta medicamentos a Emily; el medicamento hace que ella sufra de sonambulismo y durante uno de esos episodios mata a su esposo. Law empieza a ser cuestionado por el tratamiento dado y su carrera y su vida personal se desmoronan. En un inicio Law desea ayudar a Emily hasta que descubre que ella ha estado mintiendo desde un inicio las mentiras de ella y su relación amorosa con su antigua psicóloga, la doctora Victoria Siebert (Zeta-Jones), para ganar dinero.

En un inicio la trama es acerca de una mujer con problemas, la historia cambia de protagonista, de víctima y de villano. Mara no es lo que dice ser, Law empieza a obsesionarse por limpiar su nombre, y una simple pastilla que mueve a todos los personajes de este drama lleno de engaños y sorpresas.

Soderbergh presenta un filme que permite al espectador ir armando el rompecabezas junto con los personajes, pero también haciéndolo sentir cercano a ellos, identificándose con ellos: puedes marearte con Mara, sentir la desesperación de Law, y sentirte lascivo como Zeta-Jones.