Textos de la noche

Todas las noches con él comienzan igual, simplemente con un mensaje de texto. Quiero rehusarme a salir corriendo por la puerta una vez más, pero es imposible. Tan sólo con una palabra, puede hacer que invente algún pretexto, un evento, una reunión, para ir y verlo.

Llego a su apartamento, y como siempre una copa de vino me espera en la mesa de sala. La tomo, la bebo, ya sin siquiera disfrutarla. Aparece él, con su cara de ansiedad. Ya no hay tiempo para hablar, hace varias noches, los formalismos terminaron. Todo cumple la misma rutina, los mismos besos, las mismas caricias, los mismos movimientos, la única variante son las sábanas de su cama. Cuanto placer, cuanto sudor, cuanta satisfacción en los dos. Quedarnos abrazados no es una opción.

Nuestros ojos reflejan la extenuación de nuestros cuerpos, de aquel rodar y rodar, en una cama que siempre me parece ser más grande. Lo único que puedo decir al final es “regálame un vaso con agua”.

Nos despedimos con un beso, por compromiso y por gratitud; los dos coincidimos diciendo “me llamas”, sabiendo que esto funciona con un simple mensaje de texto. Salgo de su apartamento, aún no es tan tarde, y camino por la calle un rato, tratando de arreglarme un poco, y también buscando una tienda y conseguir un cigarrillo.

En ese cigarrillo, están las palabras no dichas que se desvanecen con el humo, las cenizas que se apagan como las agarradas de mano que alguna vez hubieron, y esa colilla doblada que queda en el suelo son los abrazos rotos tan necesitados, tan suspirados, tan hablados, que nunca nos daremos.

'Confianza', ¿en emoticones?

Tomada de blog.80millionmoviesfree.com

¿Recuerdan a David Schwimmer?, ¿Ross en Friends? Ahora ya no sólo es actor, también es director de cine, y su última película, dirigiendo, es Trust.

La película es acerca de Annie (Liana Liberato), una chica de 14 años envuelta en tecnología e Internet. Ella conoce a Charlie vía Internet, mediante los recordados chat rooms. Él es guapo, la entiende, le da buenos consejos, y está al tanto de todo lo que ella hace, por lo que Annie se enamora de toda la figura virtual que es Charlie, el chico perfecto. Pues no, nadie es tan perfecto, y Charlie no era la excepción, y mintió acerca de todo, desde su edad, hasta su apariencia física al enviar fotos falsas. Los dos se conocen, Charlie era mucho más mayor de la edad que había dicho tener, y con mucha palabrería la engaña y la lleva a un hotel en donde abusa sexualmente de ella, de una manera un tanto consentida, pues no puso mucha resistencia.

Después de aquella escena sexual, comienza el drama. Annie no recibe mensajes ni llamadas de él lo que hace que se deprima, su mejor amiga involucra a la policía, y su familia se entera. Toda esa vida perfecta en su familia se vuelve un desastre. Clive Owen es el padre de Liberato, y es a quien más afecta todo el asunto de la violación a su hija. De allí vendrá la obsesión de Owen por encontrar a Charlie, por saber que hablaba con su hija, por buscar agresores sexuales en cada persona que ve, incluso en sí mismo; y la madre, interpretada por Catherine Keener (40 year old virgin), luce más tranquila que aterrada. Annie sufre de síndrome de Estocolmo, el amor por el mal, por el malvado, o tal vez el gusto de lo malo, hace que ella mantenga su afirmación de que él no abusó de ella.

Schwimmer hace de la historia una enseñanza: mucho Internet, teléfonos celulares, falta de control de los padres es malo, pero eso ya lo sabemos. Clive Owen sobrepasa los límites de un papá dolido por la situación, y se vuelve un sufridor excesivo, a quien la vida se le hace difícil, y se angustia con buscar una venganza para él, camuflada en nombre de su hija. Keener en cambio, es la cordura, la tranquilidad, que igual es excesiva, no parecería ser la mamá de una niña de 14 años abusada sexualmente. Todo se torna aburrido al centrarse en el padre de Annie, es mas, te quedas esperando que mate a alguien, con una golpiza, y en especial, me deja con la sensación de que no existe un clímax en la película que complazca: atrapar a Charlie, una muerte, un escape, nada, simplemente ella encerrada en casa, en espera de algo, que nunca aparece.

Hay historias en que los finales felices no entran, no calzan por ningún lado, y esta película era una de esas, pero no es así, y nos siguen llenando con historias de finales felices, y en este caso agridulces.