Colores en domino

Recuerdo aquel juego de domino que de niña tenía. Sus fichas eran de colores, y venía con una resbaladera con su escalera. Demoraba minutos, incluso horas en ordenar las fichas en el piso, intentando hacer alguna figura que en 15 segundos lograra su objetivo, derribar las fichas. La última pieza a ser derribada era un Buda de color azul, y era la primera en ser ubicada cuando armaba todo ese juego.

Era glorioso ver ese espectáculo, si pestañeaba me lo perdía, y la sonrisa en mi rostro lo reflejaba todo. Satisfacción, asombro, alegría.

Nunca ubicaba las fichas como iban apareciendo, siempre tenían su respectivo orden de color. Primero las amarillas, le seguían las azules, las verdes y al final las rojas, eran las que más me gustaban. Una de las piezas incluidas era un triangulo con escalones, y para poner las fichas allí tenía que ser muy cautelosa, de lo contrario derribaría todo lo alcanzado hasta ese momento.

Mi abuelo, tan paciente, me ayudaba a armarlo, y aun guardo aquella foto en la que estamos los dos mirando las fichas y ordenándolas. Deben haber pasado 20 años desde el día en que tomaron la foto, y es uno de mis primeros recuerdos.

Las fichas se perdieron, talvez y con mi hermano las desparramamos por nuestra casa, por la de nuestros abuelos, o quizá crecimos y nos pareció pequeño o aburrido, o quizá la niñez se nos escapó y empezamos a pedir cosas de grandes. A pesar de eso, fue el mejor juguete que a mis tres o cuatro años pude tener.

Jugando con palabras

Miro al gato trepar paredes
se que no puedo atraparlo.
Entre vidrio y agua está el pez
tan triste y desconsolado.

Confundí tu amor con amistad
y es muy tarde para aceptarlo.
Me inserte en un juego de palabras
que decidiste crear para mi.

Me aleje dándote la espalda
y aun así te vi sufrir.
Prisionera de tus palabras,
hoy se que solo por mi puedes vivir.

No eres mas amigo mío,
ya ni entre extraños nos distinguimos.
Ahora soy fuente de tus sueños,
de aquello que tanto jugamos.

Sueños Grises

Sueño contigo, pero no eres tú.
Siento tu esencia, pero no eres tú.
Te miro, y siento que estas presente
pero tu rostro es el de alguien mas.

¿Por qué mi mente te confunde?
¿Por qué sigo hablándote sabiendo que no eres tú?
Mi mente simplemente quiere engañarme,
confundirme.

Cuando despierto no recuerdo nada,
se siente raro, confuso.
Una nueva noche llega
y me conseguí un cazador de sueños,
no se si sirva de algo, pero lo intentaré.

Dormiré escuchando música,
aquella canción de Cat Power que me da tristeza.
Me miro en un espejo, mi rostro no está.
Eres tú. Finalmente apareces.

Te veo a colores, apartaste el blanco y negro,
pero me das la espalda y te vas.
Yo no puedo, no puedo atravesar el espejo.
Lo golpeo, le lanzó cosas, pero nada pasa.
Derrotada me siento en el piso, miro al cielo,
y ese cielo esta en escala de grises.

Despierto recordando cada uno de los detalles,
excepto tu rostro.
Y despedazo el cazador de sueños,
porque se que te vi, pero tengo el vacío de ese momento,
y a aquel mentiroso, el cazador,
solamente un castigo le espera.