Difícil ser tres

La cena está servida sobre la mesa. Tres personas sentadas, listas para comer: Susana, Ricardo, y Ana. La mesa cuadrada de 70x70cm color negro está ubicada junto a la cocina. Ricardo está entre las dos mujeres, Susana y Ana están sentadas una frente a la otra. Los tres están bien arreglados, vestidos como si de una fiesta se tratara. Susana es la anfitriona, preparó ravioles que era lo que mejor cocinaba y lo acompañó de un vino blanco porque el tinto se le terminó el día anterior.
Ricardo y Ana eran pareja, llevaban seis meses juntos, de los cuales los últimos dos pasaron separados debido a que Ricardo tuvo que viajar a Europa para realizar un taller sobre mecánica o algo de ingeniería, bueno la verdad nadie recordaba sobre que trataba el taller.
Susana miraba fijamente a Ana, lo cual era bastante incomodo para Ana. Ricardo se la pasaba bien, estaba entre dos mujeres hermosas y no tenía preocupación alguna. Ana miraba su plato y procuraba alzar la mirada lo menos posible pues no sabía si mirar a Susana o a Ricardo.
Terminada la cena, Susana levantó los platos y Ana la ayudo a llevarlos a la cocina, mientras Ricardo fue a la sala a atender una llamada. Ana alabó a Susana por la comida, y Susana sin pensarlo lanzó un reclamo a Ana.
Ana estaba sin palabras, no sabía que responder a Susana; dejó la cocina y se dirigió al baño. Susana sabía su secreto, y era parte de el, y no deseaba que Ricardo se entere de nada. Ana salió del baño y se acerco a Ricardo que estaba sentado en la sala solo; acarició su mejilla y lo besó.
Ana se encontraba entre el placer y el amor y aquella extraña situación la confundía más. Ricardo era un buen amante, aunque como novio y como persona, en ciertas ocasiones, podía ser un imbécil de los mejores; por otro lado, Susana llevaba siendo su amiga por más de siete años, la una conocía a la otra a la perfección, y después de pasar juntas aquella semana antes de que Ricardo regresara de viaje, su amistad se había transformado en deseo, y amor. Las dos había cambiado las risas y las clásicas conversaciones de amigas por caricias y besos.
Ricardo quería tomar algo un poco más fuerte, tal vez un whisky, y luego llevar a Ana a casa y hacerle el amor. Susana quería que Ricardo repentinamente tenga que irse y así poder estar con Ana a solas, y tendrían tiempo para hablar acerca de su relación. Ana quería encerrarse en el baño y decir que no estaba bien, para que Ricardo se fuera y poder estar con Susana, pero también pensaba en fingir que estaba enferma para irse con Ricardo.
Los tres en la sala hablaban de banalidades como el diseño de los muebles, o sobres sus horribles trabajos. Susana se retiró a la cocina para destapar una botella de vino, y Ana se le acercó por detrás, la abrazó de la cintura, le dio un beso en la mejilla, y al oído le susurro que esa noche se quedaría con ella.
Ricardo había tomado su saco para irse. Ana volvió a la sala, y Ricardo la sorprendió con un beso. Al volver Susana los miró besarse, y Ricardo le agradeció por todo y sin cumplir con su palabra, Ana hizo lo mismo y salió del departamento con él.
Susana lloró, puso un disco de jazz, y sola bebió toda la botella de vino. Estaba muy triste y decepcionada, y lo único que se le ocurrió fue huir e iniciar de cero. Fue a su cuarto, tomó una maleta y guardó un poco de su ropa. Salió de su departamento y tomo un taxi que la llevó al terminal de buses, allí compró un boleto para el lugar más lejano al que se podía viajar a esa hora, y se fue de la ciudad sin deseos de regresar.
Al siguiente día Ana fue al departamento de Susana para contarle que había terminado todo con Ricardo, pero al ver que no estaba se regresó a su casa. Prendió el computador para revisar sus correos y vio que tenía uno nuevo de Susana, había sido enviado la noche anterior; ese correo era una despedida: Susana se sentía destrozada, y creía que Ana amaba a Ricardo, por lo que sería mejor que dejaran de mantenerse en contacto, y que ella se vaya lo más lejos que pueda.
Ana soltó un par de lagrimas, tomó su teléfono y le marcó a Ricardo para disculparse, y que continúen con su relación y así olvidarse de Susana.

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